El cuerpo de dicha



Interlocutor: ¿Cómo puedo percibir de forma sensorial que no soy el cuerpo?

Francis Lucille: Todos nosotros experimentamos momentos de felicidad que vienen acompañados de expansión y relajación. Antes de la percepción del cuerpo nos encontrábamos en una experiencia intemporal, una alegría sin causa y no adulterada, de la cual la sensación física es simplemente la última consecuencia. Esta dicha se percibe a sí misma. En ese momento nosotros no éramos un cuerpo limitado en el espacio, no éramos una persona. Nos conocíamos a nosotros mismos en la inmediatez del momento. Todos conocemos esa felicidad sin causa. Cuando exploramos profundamente lo que llamamos nuestro cuerpo, descubrimos que su verdadera sustancia es esta alegría. De tal modo que ya no tenemos la necesidad, el gusto, o incluso la posibilidad de encontrar la felicidad en los objetos exteriores.

I: ¿Cómo se lleva a cabo esta exploración en profundidad?

FL: No rechaces las sensaciones corporales y las emociones que se te presenten. Déjalas florecer completamente en tu vigilancia, sin ningún objetivo ni interferencia de la voluntad. Progresivamente se libera la energía potencial aprisionada en forma de tensiones musculares, y también se agota el dinamismo de la estructura psicosomática teniendo lugar la vuelta a la estabilidad fundamental. Esta purificación de las sensaciones corporales es un gran arte. Requiere paciencia, determinación y coraje. Se traduce a nivel de la sensación en una expansión gradual del cuerpo en el espacio circundante y una penetración concomitante de la estructura somática por este espacio. Este espacio no se experimenta como una simple ausencia de objetos. Cuando la atención se libera de las percepciones que la tenían fascinada, se descubre a sí misma como este espacio autoluminoso que es la verdadera substancia del cuerpo. En este momento la dualidad entre el cuerpo y este espacio queda abolida. El cuerpo se expande hasta el tamaño del universo, conteniendo en sí todas las cosas tangibles e intangibles. Nada es exterior a él. Todos nosotros tenemos este cuerpo de dicha, este cuerpo despierto, este cuerpo de acogida universal. Todos estamos ya completos, sin que nos falte parte alguna. Explora tu reino y toma posesión de él conscientemente. No vivas por más tiempo en esta choza miserable que es este cuerpo limitado.

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