¿Cómo sé que estoy preparado para ser un maestro? 2ª parte




(Hilo de preguntas-respuestas en torno al maestro). 

Pregunta (1): Cuando uno está establecido en la Consciencia impersonal, habiendo ido más allá de la distinción del maestro y el estudiante, pero al mismo tiempo reconociendo su importancia al nivel relativo, ¿qué le hace a uno capacitado/preparado para guiar a otros en el Camino Directo, ya que según entiendo, no se requiere para ello una transmisión formal?

Sin lugar a dudas (como te gusta decir): esta Consciencia está reconocida como la Verdad y la Belleza mismas, ‘mi’ verdadera naturaleza.

Esta realización espontánea se estabiliza más y más en la vida diaria.

Sin embargo, cuando la dualidad de estudiante/maestro y búsqueda/realización (o despliegue) se desvanecen gradualmente, tal vez lo primero que debo preguntar es ¿existe la posibilidad de ignorancia o autoengaño en este proceso? 

Entonces hay otra curiosidad más sobre ¿cuándo, de acuerdo a tu experiencia, puede uno genuinamente y sin autoengaño guiar a otros en el Camino Directo?

Has mencionado ya el hablar de la propia experiencia, y el ser totalmente honesto y serio. Creo que hay mucho que compartir sobre este tema, pero tal vez ¿puedes apuntar hacia otros aspectos importantes? A veces lo que los maestros dicen y hacen en relación a esto resulta confuso, y por lo tanto es por alguna razón que Dennis Waite escribió el libro “La iluminación, el Camino a través de la Jungla”.

Francis Lucille (1): No creas que eres el único que hace estas preguntas. Muchos preguntan lo mismo, y muchos más no lo hacen, porque quieren empezar a enseñar para satisfacer su ego, y tienen miedo de que mi respuesta expusiera su falta de preparación. Así que empiezan a enseñar y se juntan con la creciente multitud de maestros a medio cocer, que enseñan verdades a medio cocer. 

No puedes guiar a otros más allá de donde tú estás. Si no estás establecido en la paz y la felicidad, el guiar a otros será una distracción que impide un progreso adicional, a no ser que lo hagas bajo la protección y guía de un maestro karana. Yo hice esto por quince años en Francia y en California, conduciendo sesiones de meditación, y contestando preguntas, pero mis amigos eran siempre enviados a mi maestro para ser sus discípulos. Así es como aprendí a enseñar.

Muchos sabios no son maestros, y muchos más maestros no son sabios. ¿Qué quieres ser? ¿Un maestro o un sabio? ¿Cómo prefieres estar: contento, satisfecho, sin enseñar, o descontento y enseñando? Piensa sobre esto: porque el sabio, siendo dueño de sus deseos, no necesita enseñar para ganarse la vida. Por lo tanto, el enseñar, aunque pueda parecerlo, no es una profesión en la forma usual.

No esperes que el enseñar te haga feliz. Sé feliz primero, tanto si enseñas como si no. Entonces, si quieres, enseña a partir de esta felicidad.

Podrías preguntar, ¿cómo sé que estoy inquebrantablemente establecido en paz y felicidad? Bien, en caso de que el significado de estas palabras no esté suficientemente claro para ti, aquí hay algunas indicaciones:

Deberías haber dominado por lo menos los siguientes puntos:

1. Las relaciones con amigos, supervisores, jefes, clientes, padres, hijos y esposos (as) deberían ser armoniosas.

2. Debería haber abundancia financiera debido al descubrimiento de la ley universal del suministro infinito. Cualquier actividad profesional debería realizarse no por la necesidad de hacer dinero, sino por la alegría que engendra.

3. Hablando de forma más general, todos los deseos deberían materializarse debido a la ausencia de apego.

4. No debería haber miedo a la muerte.

Además de estos prerrequisitos absolutos, el enseñar requiere lo siguiente:

1. Una vocación: el amor, el entusiasmo, la pasión por enseñar (también un prerrequisito absoluto)

2. Habilidades de comunicación muy desarrolladas, al nivel intelectual y de sentimientos. (Las habilidades intelectuales sólo son necesarias para el camino del conocimiento).

3. Habilidades pedagógicas adquiridas (entre otras cosas) a través de muchos años de atender regularmente las sesiones de enseñanza de un karana guru.

Las habilidades 2 y 3 no son absolutamente obligatorias, ya que se pueden desarrollar “haciendo el trabajo”. La eficiencia de la enseñanza mejorará al mejorar estas habilidades.

Y por último, pero no menos importante, ya que sólo puedes enseñar lo que eres, sólo puedes enseñar basado en tu propia experiencia, no en rumores, ni en la memoria, y desde luego, siempre con absoluta honestidad.