El proceso del alto razonamiento según Atmananda Krishnamenon





Inicio del encuentro de julio de 2016 y del primer diálogo.

A partir de una cuestión sobre Sri Atmananda Krishna Menon. Francis hace una distinción entre la lógica y el razonamiento.

Y en el minuto 22:50 Francis expone su práctica definición sobre la consciencia en el sentido de que no es conceptual sino que nos remite a una experiencia directa a partir de la cual podemos iniciar la investigación.

¿Cuándo debo actuar?




Interlocutor: Mi pregunta es: ¿cuándo debería dejar que las cosas sean como son o cuándo debería hacer algo?

Francis Lucille: La pregunta es: ¿cuándo sé que he de hacer algo o cuando, simplemente, dejo que las cosas ocurran?

I: Sí, es así y hablo de creación. Ni siquiera debería plantearse la pregunta. Estoy de acuerdo en cómo lo planteas tú.

FL: Lo que no sé exactamente es si tu pregunta es teórica o práctica. Si fuera práctica sería: en una situación dada, ¿tengo que hacer algo o debo dejar que ocurra? ¿O es más bien teórica? Me pareció ambigua, no sé cómo la planteas. 

I: Yo no veo la ambigüedad, así que adoptemos el segundo punto de vista, el práctico.

FL: La decisión de actuar o no en este contexto y, si actúo, qué hacer, cómo actuar. Esta decisión surge de un contemplar impersonal de la totalidad de la situación. 

Lo que a veces se nos pasa por alto es que la situación tiene dos componentes. Hay un componente que percibo a través de mis sentidos y que están involucrados en la situación: ¿qué dicen? ¿Cómo se sienten? ¿Cómo lo percibo?... es la parte externa, aquello que percibo a través de los sentidos. 

Y otra parte, que también forma parte del contexto de la situación, que es aquello que percibo internamente en términos de sensaciones, sentimientos, pensamientos o ideas que me surgen.

Hemos de contemplar la totalidad de la situación incluyendo la parte externa y la parte interna. Cuando hago esta contemplación, ya no formo parte de la situación. Es como si salgo de este cuerpo -que es una de las partes que juegan en la situación- y, tomo en consideración los intereses o aspectos que se refieren a este cuerpo-mente en particular, y tengo en cuenta todos los demás participantes de la situación.

La decisión que voy a tomar, y esto hay que entenderlo, no es una decisión que tomo en un momento dado y ya está. Es una decisión que va evolucionando momento a momento, momento a momento. Y quizás, si estoy contemplando la situación, tengo tiempo suficiente y no tengo urgencia; la decisión provisional que tomo es estar pasivo.

Mientras el contexto va evolucionando, y puede que alcance un punto en el que es necesaria la decisión: “tengo que hacer esto”. Esta decisión tiene que ser impersonal, lo cual quiere decir que proviene de la inteligencia, el amor, la belleza, la verdad; puede que no sea la mejor decisión.

Por ejemplo, si estoy en una situación de emergencia puede que tenga que hacer algo sin tener tiempo para encontrar la mejor resolución; en ese caso es mejor hacer algo que no hacer nada. Así que, sea cual sea la decisión que tomemos en este caso, será tomada momento a momento, no la podemos conocer antes de tiempo. 

La ética no puede resumirse en un libro o en recetas. La única forma de definir la ética es, en esta vía, en un vivir impersonal, en tomar decisiones impersonales momento a momento. Eso incluye muchos momentos en los que estaré pasivo y momentos en los que haré cosas.

(Extraído del Encuentro de Julio del 2015 - 2ª semana. Disponible en “Descargas”)

La satisfacción permanente




Interlocutor: Una vez contestaste a una pregunta mía acerca de estar con un maestro. Dijiste que después de tu despertar a un sentido más profundo de tu ser, continuaste haciendo preguntas a tu maestro. En mi caso, ha habido una comprensión absoluta, que es innegable, y también un aquietamiento progresivo. La duración de este aquietamiento es diferente para diferentes personas - en el caso de Ramana se completó casi instantáneamente, y después de ocurrir, simplemente se sentó en el silencio. Lo que quiero es una confirmación de mi experiencia. Me parece que ya no hay donde buscar; la búsqueda de la que solía estar tan orgulloso ha terminado, y sin embargo hay momentos en los que hay una sensación de intranquilidad.
   
Francis Lucille: Después de un vislumbre de la verdad hay una profundización de la experiencia. Con el transcurso del tiempo, lo que se ha comprendido impregna todos los niveles del cuerpo y la mente.
   
Has mencionado que yo seguía haciendo preguntas a mi maestro y es verdad. Eso fue muy beneficioso para mí porque tras sólo dos años de preguntar, había agotado completamente mis preguntas. Por supuesto, nunca dejamos de aprender, nunca dejamos de recibir el don de la gracia.
   
I: ¿Traducirías este aprendizaje como una profundización creciente de la comprensión?
   
FL: Es un proceso en el que el cuerpo-mente, si vives en armonía interior, se alinea otra vez con la verdad. Las cosas exteriores también se vuelven armoniosas y en algún momento los problemas y el sufrimiento psicológico desaparecen. Pero la aventura y la belleza continúan. Cualquier sufrimiento residual o sentimiento de insuficiencia reflejan simplemente la persistencia de viejos hábitos.
   
Lo que cuenta no es una experiencia de despertar que hayamos podido tener, una experiencia que en su momento puede haber sido excitante, pero que termina borrándose y nos deja insatisfechos. Lo que cuenta es la satisfacción permanente en la que vivimos como resultado de haber reconocido lo que realmente somos.
   
Yo veía la relación con mi maestro no como una relación con alguien que me iba a dar algo que yo no tenía; sino como una relación con alguien que por una parte era dios manifestado, y por otra, un amigo entrañable que hacía el mismo camino y cuya experiencia era valiosa para mí.  El tenía estas dos funciones. Debido a su apertura y a la forma como él percibía la gente y las cosas como divinas, era fácil para mí considerarle divino y al mismo tiempo un amigo entrañable. 

(Pasaje extraído del libro “Verdad Amor Belleza”) Disponible en Amazon.

Aquello que es real, debe ser permanente




Interlocutor: La consciencia es eterna, es lo eterno. Lo que aparece y desaparece, que tiene un principio y final, es temporal, es relativo, no es real. 

Si solamente existe la consciencia, y todo lo demás es una apariencia en ella, entonces solamente podemos trabajar a través de la negación, mediante la vía negativa. ¿Es así?

Francis Lucille: Cuando se dice que lo que aparece no es real, lo que se indica es que no existe independientemente de la consciencia. En otras palabras, queremos decir que no es permanente. Aquello que es real, debe ser permanente.

El ejemplo que se utiliza en la tradición hindú se refiere a la distinción entre la sustancia y los accidentes. El anillo de oro es impermanente. Antes de existir el anillo, ya existía el oro que ahora lo constituye, y después que desaparezca el anillo, el oro permanecerá. Aquello que es permanente, el oro, es la verdadera naturaleza del anillo, porque ha existido siempre. De la misma manera, aquello que aparece no es real, porque no siempre ha existido, y depende de la presencia de la consciencia para ser percibido.

Del mismo modo que el anillo depende del oro para tener una forma y un color, sin oro no hay anillo; cuando decimos que el mundo de los objetos no es real, no queremos decir que no tiene existencia, sino que no tiene independencia con respecto a la consciencia. Así como la verdadera naturaleza del anillo de oro es el oro, que es su sustancia, la verdadera naturaleza de este mundo es la consciencia, que es su sustancia eterna.

Ahora bien, el enfoque negativo es el primer paso de un proceso de dos pasos. El propósito del enfoque negativo es inducir que la consciencia se desidentifique del cuerpo y de la mente, porque habitualmente pienso y siento: “yo soy mi cuerpo, yo soy mi mente”. Así, la desidentificación sucede al discriminar entre esta presencia que percibe; que soy yo; y todo aquello que es percibido. Por tanto: “yo no soy el cuerpo, porque percibo el cuerpo”, “yo no soy la mente, porque percibo la mente”. Llega un determinado momento en el cual, este enfoque negativo concluye cuando se conoce, se evidencia, la consciencia pura. Este conocimiento en realidad es atemporal, aunque desde el punto de vista de la mente sea una visión fugaz, que aparece como una comprensión.

Después, una vez que esto ha sido asimilado, llegamos al segundo paso, el último. Se trata de comprender que cualquier objeto que esté presente, ya es consciencia, tal como el anillo es oro. Por lo tanto, si quiero ver el oro, o tocar el oro, no tengo que esperar durante años hasta que este anillo sea destruido y fundido en un lingote. Sino que, sabiendo que es oro, puedo tocar el oro, ver el oro y disfrutar el oro; ya, ahora mismo. Este es el paso final. Solamente a este nivel podemos hablar de no dualidad…, porque ¡todo es oro, todo es Dios!

(Pasaje extraído del libro "Flores del Silencio").