Interesarse por el Espíritu




Encuentro con Francis Lucille, Barcelona julio 2010. 

Francis Lucille explica que hay que distinguir entre la búsqueda del ser verdadero y los intentos de solucionar los problemas personales puesto que, frecuentemente, se confunden ambos dominios y, de hecho, constituyen dos direcciones de interés y energía opuestas.

Un bello acto de equilibrio del Absoluto




Pregunta: … lo que los verdaderos aspirantes experimentaban tras una vida entera de intenso esfuerzo en la era de los Vedas, es alcanzable en la era actual en un periodo de tiempo comparativamente corto por la aplicación más directa del razonamiento superior en el hombre. Tal fue el método adoptado por Sri Atmananda. (“Introducción a las Notas…” por Nitya Tripta). Una visión muy diferente era la sostenida por otros hace cincuenta o sesenta años (René Guénon, A. Coomaraswamy y F. Schuon entre otros) en lo concerniente al hombre contemporáneo, siendo su conclusión que ha habido un declinar del intelecto contemplativo en Europa después de la Edad Media (y probablemente también en el oriente). Coomaraswamy usó el termino: “dégringolade”, para referirse a este fenómeno. ¿Puede haber, o, hay una coexistencia de estas dos corrientes distintas y opuestas en el mundo moderno? La pregunta es empírica, pero puede valer la pena hacerla. 

Francis Lucille: Tu pregunta es inteligente y está bellamente elaborada. Desafortunadamente, como tu mismo dices, es también en cierto sentido una pregunta intelectual y fenoménica, a la cual la verdadera y profunda respuesta es: "¿Quién sabe?"

A un nivel más mundano, quizás podría decirse, que a medida que ha declinado el interés contemplativo en las sociedades modernas, las herramientas a disposición de los buscadores se han hecho más numerosas y más eficientes. Por ejemplo, el extraordinario  despertar y desarrollo del método científico desde el siglo XVIII ha conducido por un lado a la moderna tecnología y la consiguiente expansión mundial de una cultura materialista, orientada a los artefactos técnicos. Sin embargo, por otra parte, este mismo cambio de paradigma ha eliminado antiguos tabúes e inhibiciones religiosas y culturales que habían hecho imposible hasta ahora presentar y comunicar la simple y desnuda verdad advaita. Recuerda las persecuciones sufridas por Jesús, el Maestro Eckhart, San Juan de la Cruz, Hallaj, Madame Guyon entre otras. Como observó Atmananda, estamos disfrutando de una ventana de oportunidad espiritual que no tiene precedentes en la historia. Podíamos considerar el simultáneo declinar de los valores espirituales y la mejora de las herramientas para despertar como un bello acto de equilibrio por parte del Absoluto. No hay incompatibilidad entre la visión de Atmananda y la de Guénon.

Sin embargo es necesario un toque de precaución sobre la confusión reinante en ciertos círculos pseudo Advaita entre el despertar y la realización del Ser o, como quizás diría Atmananda entre nirvikalpa y sahaja samadhi. Mientras uno crea ser un hacedor, hay todavía mucho que hacer en términos de investigación del yo y meditación. E incluso después de un primer vislumbre de la verdad, en la mayoría de los casos, solo se alcanzará la paz inquebrantable después de un proceso subsiguiente de razonamiento superior, sentimiento superior y contemplación.

La disponibilidad generalizada de las herramientas del despertar en el oeste moderno no implica la presencia generalizada de seres realizados, y pudiera muy bien ser que el  porcentaje de sabios fuera mayor en otras civilizaciones. 

(Pasaje extraído del documento Preguntas-Respuestas disponible en “Descargas”).


Conocimiento mental y conocimiento experimental (sub. español)





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Francis explica las diferencias entre la comprensión mental y la comprensión experimental.

Viajeros espirituales



La Presencia está libre de esfuerzo.

El esfuerzo siempre tiene su origen en la creencia de que somos un fragmento, un fragmento que quiere convertirse en la totalidad, lo cual es imposible alcanzar: para la entidad que se esfuerza no hay un final a la vista.

Este esfuerzo es muy diferente de la actividad que ejercemos cuando tenemos interés, o por amor, o para celebrar. Esa acción que proviene de un interés puede ser exigente para el cuerpo o la mente, pero está acompañada de gozo y perfume. Cualquier cosa que hagamos en el camino espiritual debería hacerse sin esfuerzo. Nuestra meditación, nuestra investigación deben nacer de una invitación desde lo Absoluto, del interés y amor por la verdad. De esta manera nunca es mecánico, sino siempre nuevo, siempre diferente.

Si en cualquier momento sentimos que hemos caído en la trampa del “esforzarse”, que nuestra investigación se ha convertido en una práctica, automática y por lo tanto sin sentido, debemos darnos cuenta de ello claramente y detenerlo. La práctica siempre tiene su origen en la creencia en una entidad separada que quiere alcanzar algo, la felicidad personal.

Siempre hay un objetivo personal unido a la práctica de la que estoy hablando. Esta misma práctica dirigida a alcanzar la felicidad nos separa de la felicidad del acoger, del no esforzarse. La forma divina de vivir, la forma de vivir en la compañía de lo divino es una gran vacación. Es la verdadera jubilación. Olvídate de pensar que tienes que gastar tiempo y sudor para jubilarte espiritualmente en el futuro. Jubílate ahora.

No hay nada que hacer, nada se tiene que hacer en el futuro y sobretodo, no hay nada que podemos hacer porque como personas no podemos hacer nada. Nuestro hacer como persona solo es una ilusión, un simulacro de acción.

Cuando entendemos esto, todo cambia. Lo que hacemos para ganarnos la vida se convierte en algo creativo. No tenemos que cambiar nada, al menos no inmediatamente. Podemos dejar que las cosas cambien. Todo se alineará por sí mismo con esta nueva perspectiva. Al estar dispuestos a una nueva dirección, todo encajará. El cambio viene de dentro a afuera como una onda. El origen de la onda permanece desconocido por siempre en la cegadora luz de la consciencia.

Cuando medites en casa, no lo conviertas en una obligación. Espera hasta que lo quieras hacer, hasta que estás interesado. Hazlo parte de la vacación, parte de la jubilación. Espera la invitación y si pierde su perfume, para inmediatamente. De esta manera conservas la calidad del entusiasmo por la búsqueda y serás invitado otra vez.

Como ocurre con los niños, lo que importa aquí es tiempo de calidad. Date a ti mismo tiempo de calidad en tu meditación. Sé bueno contigo mismo. Mantén un gran respeto por ti mismo, porque tú eres realmente tu Ser y nuestro Ser.

Cada pensamiento es un evento cósmico (sub. español)





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Francis explica que cada pensamiento es un evento cósmico, es decir, un evento que aparece en el cosmos. Del mismo modo que el tiempo que hace o la explosión de una supernova son eventos cósmicos. Es decir que no son creados localmente sino que el cosmos en su totalidad converge localmente para la creación de dichos evento. Y, por tanto, si reivindicamos ser el autor de nuestros pensamientos debemos deberíamos reivindicar ser el autor del tiempo que hace o de cualquier evento aparentemente exterior.